NUESTRA HISTORIA
La Fundación Ana Costa nace tras varios actos de donaciones llevados a cabo durante los años 2016 y 2017 por un grupo de jóvenes, quienes inspirados por las fiestas navideñas, creyeron oportuno realizar entregas de víveres a la gente más desfavorecida que, por alguna razón, en las fiestas de Navidad y Año nuevo, se encontraban en condiciones poco favorecidas.
Es así que en el año 2016, el grupo de jóvenes se trasladó al poblado de topé ubicado en las afueras de la ciudad de Malabo, más concretamente en el distrito de Baney, para compartir con los lugareños las entrañables fiestas de Navidad y Fin de Año. Durante esta visita, se observó que varias personas de edad avanzada vivían solas debido a la inmigración de sus hijos a las localidades más urbanizadas.
En el año 2017, repitieron la visita y donación de productos básicos pero esta vez visitando a los damnificados del incendio que tuvo lugar en El Barrio de Ela-Nguema, perteneciente al distrito de Malabo.
Teniendo como referencia las imágenes de aislamiento y soledad que se observaron en el pueblo de topé, a comienzos del año 2018, el líder de ese grupo, Javier Memba Sepa, pensó en dar un giro positivo a estos actos benéficos creando un órgano cuyo objetivo principal se centraría en concienciar a la población de la importancia de cuidar a los ancianos y la puesta en marcha de comedores sociales para ese grupo de personas desfavorecidas y vulnerables a partir de los 65 años de edad.
La Fundación Ana Costa debe su nombre a la abuela materna de Javier, Ana Costa, de 87 años, de quien reconoce haber recibido los mejores consejos y amor de su infancia.
